Estamos en los últimos días de verano y es así, que surge la preocupación al observar manchas en la piel de nuestro rostro, producto de la exposición prolongada a los rayos UV, sumado a la falta de uso correcto de FPS (fotoprotector solar).
Dentro de este grupo de manchas, observamos léntigos, melasmas, pecas o efélides.
Además, sabemos que esta exposición prolongada, sin los cuidados pertinentes, acelera el envejecimiento de nuestra piel, incentivando la pérdida prematura de elasticidad, arrugas, vasodilataciones superficiales etc.
Para tratar y prevenir estos efectos adversos del sol, es importante incorporar a nuestra rutina diaria de belleza productos dermocosméticos que nos van a ayudar a tratar y prevenir, sobre todo al inicio de la temporada otoñal.
Dentro de este grupo de productos dermocosméticos encontramos los despigmentantes de uso domiciliario, que nos van a ayudar a atenuar las manchas que tanto nos molestan en nuestro rostro (ej: Acido tranexámico, kójico, niacinamida, etc). Resulta fundamental acompañar este tipo de tratamiento con uso permanente de fotoprotector.
Además encontramos exfoliantes de uso domiciliario que pueden acompañar o ayudar a disminuir los efectos del fotoenvejecimiento (como por ejemplo ácido glicólico).
Para potenciar los resultados, podemos incorporar el uso de un antioxidante a nuestra rutina de la mañana que nos va a ayudara prevenir y a su vez, potenciar los resultados de los productos despigmentantes (ejemplo: serum vitamina C).
Es importante destacar que la elección del producto adecuado va a depender de las necesidades específicas de la piel, tipo de piel y objetivos que se busquen. Se recomienda la asesoría de un especialista para determinar la rutina de belleza diaria que nos permita una piel luminosa y sana.